Él estrés, el enfado o la decepción y sus reflejos en los pensamientos y sentimientos, son tan potencialmente corrosivos que a veces tienen que hacerse visibles como síntomas físicos para llamar la atención del paciente.
Los pensamientos estresantes encuentran el camino hacia la parte más débil del cuerpo y perturban su funcionalidad.
Tenemos que deshacernos de los maslos pensamientos y sentimientos y dejar de lado las relaciones, las emociones y los trabajos negativos.
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